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La (re)inserción laboral y educativa tras el retorno
4.3. La inserción educativa
Como se mencionó al inicio de este capítulo, además del mer-
cado laboral, la otra institución por excelencia en la integración
social de las personas es la escuela. Para las niñas y los niños,
jóvenes y adolescentes se espera –y la ley lo obliga– que asistan
a la escuela y que finalicen su educación media. En 2013, se
reformaron algunas disposiciones de la Ley de Educación entre
las cuales figura la obligatoriedad del Estado para brindar servi-
cios educativos en los niveles de educación preescolar, primaria,
secundaria y media superior. En ese sentido, cabría suponer que
hay un espacio para todos ellos que les permite insertarse en el
sistema escolar. El cuadro 4.9 presenta el porcentaje de niños(as)
y jóvenes que asisten a la escuela, por regiones migratorias y de
acuerdo a tres grupos de edades: 6 a 11 años (niñas y niños que
normativamente deberían estar cursando la educación básica),
de 12 a 14 (adolescentes que tendrían que estar en la secundaria) y de 15 a 24
(incluye las edades que definen a la población joven, en las que se debería estar
cursando el nivel medio superior –bachillerato o preparatoria– y el nivel superior
–licenciatura–).
En el grupo de 6 a 11 años, el porcentaje de niñas y niños no retornados que
no asisten descendió entre 2000 y 2010, de 4.3 a 3.5 por ciento y de 4.2 a 3.1 por
ciento, respectivamente. Por el contrario, en el caso de las y los niños retornados,
este porcentaje se incrementó: de 4 a 4.9 para ellos y de 3.5 a 6 para ellas. Aunque
en muchas celdas hay que tener precaución por la cantidad de casos, el cuadro per-
mite apreciar diferencias regionales en la asistencia escolar: por ejemplo, la región
Sur-sureste, que en el año 2000 presentaba menores niveles de asistencia escolar,
en 2010 mejora su cobertura y se acerca a las demás regiones.
En cuanto al grupo de 12 a 14 años la situación es distinta: en todos los casos
ha disminuido la proporción de adolescentes que no asisten a la escuela, indicador
que constituye un dato alentador. La condición de retornado sigue siendo un obs-
táculo, en particular para las mujeres que, a pesar de la mejora relativa, en 2010
sitúan sus porcentajes de no asistencia por encima de las no retornadas (15.4 y
8.4, de forma respectiva). La región Tradicional es la más rezagada en la cobertura
escolar de este grupo.