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Volumen, tendencias y modalidades de la migración de retorno

de la intensidad del mismo entre ambos sexos: para los varones fue de 95.7 por

cada mil y para las mujeres, de 46.6 por mil (véase gráfica 3.7). Sin embargo, estas

tasas ilustran un hecho que ya era claro con la información reportada previamente:

aunque dentro de la composición de los retornados el peso de las mujeres dismi-

nuyó en la década (véase gráfica 3.5), la probabilidad de que las mujeres migrantes

mexicanas residentes en Estados Unidos regresen a México se incrementó en el

mismo periodo. A conclusiones similares también arriban Masferrer, Pederzini,

Passel y Livingston (en prensa).

En la gráfica 3.8 se presentan las tasas de retorno por grupos de edad y sexo,

para ambos años. Las edades centrales, potencialmente productivas y reproductivas,

destacan en la probabilidad de retornar a México, con una mayor intensidad durante

el año 2010. Para los hombres, la intensidad de retornar se duplicó y hasta casi se

triplicó en el decenio entre las edades 20 y 54: para el grupo 50-54, las tasas pasan

de 29 a 57 por mil residentes mexicanos en Estados Unidos en ese mismo grupo

de edades, mientras que en el de 25-29 lo hacen de 65 a 163 por mil.

Para las mujeres, los mayores incrementos de las tasas que lograron duplicar

las del comienzo de la observación se concentraron en las edades 30 a 49 años: las

tasas del grupo entre 30 y 34 años pasó de 30 a 63 por mil residentes mexicanas en

Estados Unidos, para el grupo 40-44 el cambio en el valor de la tasa fue de 15 a 31.

Mediante los datos también se aprecia la importancia del retorno de niños y

niñas entre 5 y 9 años, población que exhibe en 2010 una tasa de 140 retornados

por cada mil mexicanos y mexicanas residentes en Estados Unidos en esas eda-

des, mientras que en 2000 fue de cien por cada mil. Muy posiblemente estos altos

valores de intensidad de retorno para los y las menores de 10 años se encuentren

estrechamente relacionados con el regreso de sus padres, personas que precisamente

están en las edades centrales: con las tasas más altas y donde se concentraron los

mayores incrementos en la década.

Para conocer las características del retorno en términos de escolaridad, en

relación con la de los mexicanos en Estados Unidos, la gráfica 3.9 muestra la dis-

tribución del nivel educativo alcanzado de ambas poblaciones. En esta gráfica se

compara a la población mexicana de 25 años y más que residía en ese país cinco

años antes del levantamiento censal (en 1995 y en 2005) con la población de

mexicanos y mexicanas de 30 años o más de edad que habían retornado, en 2000

y 2010. Aunque la escolaridad de este último conjunto puede haberse modificado

ligeramente en el quinquenio de observación, sin duda, al tomar 25 años de edad