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El retorno en el nuevo escenario de la migración entre México y Estados Unidos
6.4 Deportación de migrantes
procesados por modalidad
de devolución: “criminales”
y “no criminales”
En este apartado se analiza exclusivamente la información de los migrantes depor-
tados con una orden de remoción (migrantes “removidos”), población clasificada en
“criminales” y “no criminales”. El primer grupo se refiere a personas que poseían
una sanción por haber cometido algún tipo de delito. Por ejemplo, los relacionados
con haber violado leyes migratorias (como haber intentado cruzar o internarse en
territorio estadounidense sin el permiso o la documentación necesaria), violaciones
de tránsito, posesión de drogas ilegales, asalto, robo, ofensa con armas de fuego,
delitos sexuales, actividades fraudulentas, entre otros tipos de crímenes. Las cifras
indican que, entre 2000 y 2013, el número de deportaciones con una orden de
remoción aumentó en 227 por ciento al pasar de 188 467 a 438 421 eventos
de deportación. Aunque a lo largo de estos años los deportados “no criminales”
han sido más numerosos que los “criminales”, la tendencia es clara: disminuye
paulatinamente la proporción de deportados “no criminales” y aumenta la de
“criminales”, orientación que también se observa en la población mexicana, pues
mientras que en 2000 los deportados “criminales” ascendieron a 38 por ciento,
para el año 2013 la misma cifra se incrementó a 47 por ciento (véase cuadro 6.4
y gráfica 6.2).
La tendencia a criminalizar a los migrantes detenidos y a deportarlos con
amenazas de aplicarles penas más graves en caso de reincidir generó una serie de
protestas y pronunciamientos de organizaciones de la sociedad civil de Estados
Unidos y México, que cuestionaron seriamente la política migratoria del presidente
Obama. La inconformidad se centra en que los supuestos delitos criminales de los
migrantes detenidos y deportados son de orden menor. Uno de los periódicos más
influyentes de los Estados Unidos,
The New York Times
, publicó el 6 de abril de
2014 un reportaje en su primera plana, donde señaló que una buena parte de las
deportaciones de migrantes irregulares eran resultado de crímenes menores vin-
culados con asuntos migratorios o violaciones de tránsito (Thompson y Cohen,
2014). Las estadísticas del propio
DHS
muestran que, en 2013, 46 por ciento de
los cargos “criminales” a migrantes deportados correspondió a violación de leyes