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4.1. Introducción
L
a inserción e incorporación a una sociedad constituye, como apunta Narváez
(2012), un aspecto fundamental de las migraciones. Y aunque ha sido y es un
tema clásico relacionado con la problemática que implica permanecer y que-
darse en una sociedad distinta a la propia, en el caso de la migración de retorno el
tema de la integración social cobra relevancia, aunque se trate de la propia sociedad,
en la cual la persona ha nacido y ha tenido –en grados diversos- oportunidades y
restricciones de pertenencia, con antelación a su proyecto migratorio. Por ello, una
particularidad de este proceso es que en tanto para un conjunto de las personas
retornadas constituye un proceso de reincorporación, para otras se trata de una
situación relativamente novedosa.
El estudio de la integración ha formado parte de las perspectivas analíticas clá-
sicas de las migraciones, ha afectado principalmente a las sociedades de recepción,
típicamente desarrolladas y que pertenecen al norte global. El fenómeno del retor-
no, como otras manifestaciones de los actuales movimientos de población, pone en
evidencia la dinámica de las migraciones y lo cambiante de las mismas, al revertir
la situación para sociedades tradicionalmente expulsoras, como las del sur global.
Por integración social se comprende a todo proceso –dinámico y multicausal–
que posibilita a las personas participar en la sociedad, de manera que se garantice
un nivel mínimo de calidad de vida y de bienestar social. Para que pueda ocurrir,
lo debe entender como un proceso en doble sentido: las acciones y adaptaciones
que realizan las personas mexicanas que regresan para insertarse en el contexto
de retorno, y, de manera complementaria, los cambios que se implementan en
el mismo para favorecer la inserción de esa población. Adoptar esta mirada sig-
nifica reconocer a la integración social de estas personas no como un problema,
sino como una oportunidad para el fortalecimiento de la sociedad “a través de sus
contribuciones positivas, beneficios mutuos y obligaciones recíprocas” (Alarcón,
Escala y Odgers, 2012:53).
En general, para entender el grado en que una población se encuentra integrada
a una sociedad, suelen examinarse los canales institucionales mediante los cuales
es posible lograrlo. El sistema escolar y el mercado de trabajo –en correspondencia
con el momento del curso de vida en el que la persona se encuentre– constituyen